* Sin duda lo que más vamos a encontrar y además a bajo precio (unos 90 céntimos de euro), es la cerveza reina del país: la Pilsner Urquell. Prácticamente todo lo relacionado con la hostelería lleva su símbolo: las sombrillas en las terrazas, los posavasos, los toldos... El tamaño normal al pedir una cerveza es una jarra de medio litro; es la que nos traen por defecto si pedimos simplemente una cerveza. Si la pedimos pequeña nos la pondrán de 0,3l.
* Un plato típico es el Knedlíky. Se trata de una masa de patata y pan con trocitos de bacon, jamón frito y cebolla.
* Son bastante dados a las sopas. La de cebolla está rica.
* Obleas. Las mejores son las de marca Kolonada.
* Licor de hierbas: Becherovska (muy aromatizado con canela).
* La repostería en general en Viena es excelente. Quiero destacar la auténtica Tarta Sacher (en el Hotel Sacher, detrás de la ópera).
* Destaca el café, no sé si por la calidad del mismo o por todo lo que lo rodea. En una terraza, sin prisas, servido en bandeja de plata y con un vaso de agua sin necesidad de pedirlo.
* La especialidad vienesa es el Wiener Schnitzel, que no es más que un filete empanado.
* Patatas con jamón frito (Tiroler Gröste).
* Un plato típico es el goulash.
* Es exquisito el hígado de oca.
* Dentro de los postres, una de las especialidades son las Crêpes gundel.
* Pogácsa: Bollitos salados y crujientes de harina, queso, patata...
* Es muy buena la sopa de pescado: Halpaprikás.
* Palinka: Aguardiente.
* Tokaj (de 4 putons): Vino dulce típico de allí.
* Vino Sangre de Toro (Egri Vikaber).
* El paté es muy bueno: El mejor uno con la etiqueta negra y los colores de la bandera de Hungría (aproximadamente 3.000 forints).